martes, 17 de febrero de 2015

Creepypasta: El suicidio de Calamardo


Quiero empezar diciendo que si buscas una respuesta al final, prepárate para llevarte una desilusión. No hay ninguna.
Estuve haciendo prácticas en los Estudios Nickelodeon durante el año 2005 por mi grado en animación. No me pagaban, por supuesto, como a la mayoría de los becarios, pero la experiencia tenía sus beneficios más allá de la educación. Para los adultos puede no parecer gran cosa, pero la mayoría de los niños se volverían locos.
Como trabajaba directamente con los editores y animadores, tenía que ver los episodios nuevos unos días antes de que se emitieran. Lo explicaré sin dar muchos detalles innecesarios. Habían hecho recientemente la película de Bob Esponja y todo el personal estaba falto de creatividad asi que les costó mucho empezar la temporada. Pero el retraso fue mayor por unos motivos inquietantes. Hubo un problema con el estreno de la temporada 4 que retrasó todo y a todos durante varios meses.
Otros dos becarios y yo estábamos en la sala de edición junto con los animadores principales y los editores de sonido para dar el toque final. Recibimos la copia de lo que se suponía iba a ser “Miedo a una cangreburger” y nos acercamos a la pantalla para verlo. Dado que en ese momento los capítulos no eran todavía definitivos, los animadores a menudo ponían un título ficticio de burla, algo así como una broma interna para nosotros, con títulos falsos y a veces obscenos, por ejemplo “Cómo el sexo no funciona” en vez de “Una nana para un bivalvo” cuando Bob Esponja y Patricio adoptan a una vieira. Nada particularmente divertido pero la serie estaba relacionada con la risa. Asi que cuando vimos el título ficticio “El suicidio de Calamardo” pensamos que era solo una broma morbosa.
Uno de los becarios soltó una pequeña carcajada. La despreocupada música sonó como siempre. La historia empezó con Calamardo practicando con su clarinete, tocando algunas notas amargas como normalmente hacía. Oímos a Bob Esponja riéndose fuera. Calamardo paró y le gritó que bajara la voz, que tenía un concierto esa noche y necesitaba practicar. Bob Esponja accedió y se fue junto con Patricio a ver a Arenita. La pantalla de las burbujas salió y vimos el final del concierto de Calamardo. Ahí es cuando las cosas empezaron a estar fuera de lugar.
Mientras estaba tocando, algunos fotogramas se repitieron, pero el sonido no (en este punto, el sonido se integra en la animación, asi que no, no es común) y cuando paró de tocar, el sonido acabó como si no hubiera pasado nada. Hubo un pequeño murmullo entre el público antes de que empezaran a abuchearlo. No eran los abucheos de dibujos animados que normalmente aparecían en la serie. Se podía oír muy bien la malicia en ellos. Calamardo apareció en un fotograma completo y estaba visiblemente asustado. El plano cambió al público, con Bob Esponja en el centro. Él también estaba abucheándolo, muy en contra de cómo es él. Pero esa no fue la cosa más extraña. Lo que era raro es que todos tuvieran unos ojos hiperrealistas. Muy detallados. Claramente no imágenes de ojos de gente normal, pero algo un poco más real que una imagen creada por ordenador. Las pupilas eran rojas. Algunos nos miramos unos a otros, obviamente confundidos, pero como nosotros no éramos los escritores, no nos cuestionamos lo que les podría parecer a los niños.
El plano cambió a Calamardo sentado en el borde de su cama, muy triste. La vista por fuera de la ventana en forma de ojo de buey era un cielo oscuro asi que no era mucho más tarde después del concierto. La parte inquietante aquí era que no había sonido. Literalmente nada. Ni siquiera la retroalimentación de los altavoces en la habitación. Parecía que los altavoces estuvieran apagados, pero su estado mostraba que estaban funcionando perfectamente. Él simplemente se sentó allí, parpadeando en silencio durante 30 segundos. Después, empezó a llorar. Puso sus manos (tentáculos) sobre sus ojos y lloró silenciosamente un minuto más. Durante este tiempo, un sonido en el fondo fue creciendo muy lentamente, de nada a algo apenas audible. Parecía como una ligera brisa a través de un bosque.
La pantalla comenzó lentamente a acercarse a su cara. Por despacio me refiero a que solo era perceptible si mirabas aparte cada fotograma 10 segundos y luego uno al lado del otro. Sus sollozos se volvieron más claros, más llenos de dolor y enfado. Entonces, la imagen retrocedió un poco, como si girara sobre sí misma, durante una fracción de segundo para luego volver a la normalidad. El sonido del viento a través de los árboles se volvió más fuerte e intenso lentamente, como si una tormenta se avecinara. La parte escalofriante era que este sonido y los sollozos de Calamardo parecían reales, como si el sonido no viniera de los altavoces sino como si los altavoces fueran agujeros a través de los cuales venía el sonido desde el otro lado. Aunque a los Estudios les gustaba tener un buen sonido, no se había comprado un equipo tan bueno, que pudiera producir un sonido de esa calidad.
Por debajo del sonido del viento y los sollozos, de forma muy débil, se oía como una especie de risa. Aparecía en intervalos irregulares y nunca duraba más de un segundo por lo que teníamos dificultades para notarlo al principio (vimos este capítulo dos veces, asi que perdón si todo es muy específico pero he tenido tiempo de pensar sobre ello). Después de 30 segundos, la imagen se volvió borrosa y retrocedió violentamente. Algo apareció un instante en la pantalla, como si un único fotograma se hubiera reemplazado.
El editor de animación principal pausó y rebobinó el vídeo fotograma por fotograma. Lo que vimos era horrible. Era la instantánea de un niño muerto de no más de 6 años. Tenía la cara destrozada y ensangrentada. Un ojo le colgaba de la cara. Estaba en ropa interior, tenía la barriga bruscamente cortada y las vísceras junto a él. Yacía sobre el pavimento, probablemente, de una carretera.
Lo más inquietante era una sombra, la del fotógrafo. No había grabación del delito, ni cinta para delimitar la zona, y el ángulo de la imagen no era el típico de una foto pensada para ser una prueba de delito. Parecía que el fotógrafo era la persona responsable de la muerte del niño. Naturalmente, nosotros estábamos angustiados, pero continuamos con la esperanza de que aquello solo hubiera sido una broma de muy mal gusto.
En la pantalla apareció de nuevo Calamardo, del que solo se veía medio cuerpo y que seguía llorando aunque ahora más alto que antes. Pero esta vez había algo semejante a la sangre corriendo por sus mejillas. La sangre también era hiperrealista y parecía que si la tocabas, te mancharías los dedos. El viento sonaba como si se hubiera desatado un vendaval en el bosque, se oía incluso el sonido de ramas partiéndose. La risa, con profundo tono de barítono, duraba más y aparecía más frecuentemente. Alrededor de 20 segundos después, la imagen retrocedió de nuevo y mostró un único fotograma.
El editor se mostraba reacio a rebobinar, todos nos mostrábamos igual, pero sabía que tenía que hacerlo. Esta vez en la foto había lo que parecía ser una niña, no más mayor que el primer niño. Yacía sobre su estómago y sus horquillas estaban en una piscina de sangre a su lado. También tenía el ojo izquierdo colgando y solo llevaba ropa interior. Las vísceras estaban apiladas encima de ella sobre un brusco corte a lo largo de la espalda. Otra vez, el cuerpo estaba en la calle y la sombra del fotógrafo se podía ver, muy similar en tamaño y forma a la primera. Tuve que aguantarme las nauseas y una de las becarias, la única mujer de la sala, salió corriendo. Reanudamos el vídeo.




Lágrimas y sangre caían por sus mejillas a gran velocidad. Volvimos a oír el viento, así como la profunda voz riéndose. Esta vez la instantánea se mantuvo durante 5 buenos fotogramas.
El animador pudo pararlo en el cuarto y rebobinarlo. Esta vez la foto era de un niño, más o menos de la misma edad, pero la escena era diferente. Una mano grande le estaba sacando las vísceras a través de una herida en la barriga. El ojo derecho estaba colgando y la sangre goteaba de él. El animador continuó. Era difícil creerlo, pero el siguiente parecía diferente. Sin embargo, no sabíamos en qué. Pasó a la siguiente y lo mismo. Volvió hacia atrás, desde la primera, y las puso rápidamente. No pude soportarlo más. Vomité en el suelo, mientras los animadores y editores de sonido jadeaban. Vimos como la mano sacaba lentamente las vísceras, como los ojos de los niños se clavaban en ello, incluso vimos dos fotogramas en las que el niño empezaba a parpadear.
El editor de sonido principal nos ordenó parar. Tenía que llamar al creador para ver aquello. El señor Hillenburg llegó unos 15 minutos después. Estaba confuso, ya que no entendía por qué lo habían llamado, por lo que el editor continuó con el episodio. Una vez más, las pocas imágenes aparecieron, todos los gritos, todos los sonidos pararon de nuevo. Calamarado estaba mirando al espectador. Su cara ocupó toda la pantalla durante 3 segundos. La imagen hizo rápidamente un paneo* y la profunda voz dijo: “HAZLO”. Vimos que Calamardo tenía una pistola en los tentáculos. Inmediatamente, se puso la pistola en la boca y apretó el gatillo. Sangre real y masa cerebral mancharon la pared detrás de él. Los últimos 5 segundos del episodio muestran su cuerpo en la cama, tumbado de lado, con un ojo colgando de lo que le queda de cabeza sobre el suelo, mirándolo fijamente, inexpresivo. Después, el episodio acabó.
El señor Hillenburg estaba muy enfadado por aquello. Exigió saber qué demonios estaba pasando. La mayoría de la gente salió de la sala en aquel momento, por lo que solo quedamos unos cuantos para verlo otra vez. Hacerlo dos veces solo sirvió para que se nos quedara grabado en la cabeza y causarnos horribles pesadillas. Me arrepiento de haberme quedado.
La única teoría que se nos ocurrió para explicar lo sucedido fue que alguien había editado el archivo en su camino desde el estudio de animación hasta allí. Llamamos al director de tecnología para que descubriera cuándo había pasado. El análisis del archivo mostró que se había editado añadiendo nuevo material. Sin embargo, el indicador de tiempo decía que se había hecho 24 segundos antes de que lo viéramos. Todo el equipo envuelto se examinó en busca de software y hardware extraños así como de fallos técnicos, por si el indicador de tiempo no había funcionado correctamente y el tiempo que mostró era incorrecto. Pero se constató que todo estaba bien. No sabíamos que había pasado y a día de hoy nadie lo sabe.
Hubo una investigación debido a la naturaleza de las fotos, pero todo quedó en nada. No se identificó a ninguno de los niños que aparecían y no se encontró ninguna prueba de la información que había, ni pistas físicas. Nunca creí en fenómenos inexplicables antes, pero ahora que ha pasado esto y que no se puede demostrar nada más allá del testimonio anecdótico, pienso dos veces las cosas.

*Desplazar una cámara de vídeo de derecha a izquierda.


Traducido por Nyx.





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