Cuando mi hermana Betsy y
yo éramos niños, vivimos un tiempo en una granja con nuestra familia. Nos
encantaba explorar sus polvorientos rincones y escalar el manzano del patio
trasero. Pero lo que más nos gustaba era el fantasma.
Lo llamábamos Madre
porque era muy amable y nos cuidaba. Algunos días Betsy y yo nos despertábamos y
en cada una de nuestras mesitas de noche había una taza que no estaba ahí la
noche anterior. Madre, preocupada, los había dejado ahí por si teníamos sed durante
la noche. Solo quería cuidarnos.
Entre los muebles
originales de la casa había una antigua silla de madera, la cual poníamos
contra la pared del fondo del salón. Cuando estábamos ocupados viendo la
televisión o jugando a un juego, Madre movía lentamente la silla por la
habitación hasta donde estábamos nosotros. A veces, conseguía llegar hasta el
centro de la habitación. Después la colocábamos otra vez en su sitio y eso nos
ponía tristes. Madre solo quería estar con nosotros.
Unos años más tarde, un
tiempo después de mudarnos, encontré un viejo artículo de un periódico sobre la
primera dueña de la granja, una viuda. Había matado a sus dos hijos dándoles
una taza de leche envenenada antes de irse a dormir. Después, se ahorcó.
El artículo incluía una
foto del salón de la granja y en ella se veía el cuerpo de una mujer colgando
de una viga. Debajo de ella, tirada en el suelo, estaba la antigua silla de
madera, colocada en el centro de la habitación.
Traducido por Nyx.
Creepypasta
original: https://www.reddit.com/r/shortscarystories/comments/34al5w/theres_no_reason_to_be_afraid/
Imagen: creepypasta.wikia.com
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